jueves, 13 de octubre de 2011

Introducción





Conquistada por el arte y la industria, relacionada con las ideas y las costumbres, la
moda en su aparente frivolidad modela la configuración de las relaciones sociales.
Conocer los secretos del juego de la moda y tratar de desarticular `la mayor parte' de los
mecanismos que lo componen nos guardará a fijar los límites de su gran poder, pero no
sufrir la moda como una manipulación impuesta desde afuera, sino para sentirla y enten-
derla y digo `la mayor parte' de sus mecanismos porque siempre queda un núcleo reacio
a variables y cuantificaciones sociológicas, al cual nos acercamos a través de la sensibi-
lidad de cada uno.
Ese núcleo o espíritu es lo que confiere a la moda su magia y su misterio.
El primer paso es delimitar dentro del conjunto de manifestaciones culturales del campo
específico de la moda. La mayoría de las personas se sienten inseguras cuando sus hábi-
tos se alteran, por eso, muchas de las costumbres de una sociedad se mantienen relativa-
mente estables y cualquier modificación genera bastante oposición.
En la práctica, la moda sirve a la sociedad para resolver ese `problema' entre los deseos
de cambio y de la conformidad. La moda se la denomina como `aquellas normas socia-
les que demandan una intensa conformidad mientras existen, pero perduran durante un
corto tiempo'.
Los cambios generan movimientos que impactan en primer lugar a los miembros más a-
lertos y sensibles del campo social: los creadores. Ellos son los primeros que absorben y
procesan antes que nadie la nueva realidad y responden con creaciones en las distintas
artes. Así como la habilidad de la moda consiste en convertir el cambio en la sociedad,
las habilidades de los creadores reside en responder a esa necesidad, creando nuevos ob-
jetos de consumo.
La moda surge entonces del creador, que a partir de su propio ritmo interior y de los es-
tímulos exteriores reagrupa con su sello y su estilo personal elementos que son conoci-
dos por todos.
¿Pero cómo nace la moda en nuestro País? Para comprenderlo mejor debemos situarnos
en pleno siglo XVIII, cuando ocurren acontecimientos fundamentales que van a cam-
biar el orden…
La Revolución Industrial en Inglaterra y la Revolución Francesa
Es en Inglaterra donde tiene lugar desde 1750 a 1860 la Revolución Industrial; esto pro-
dujo el aumento de la población, que proporcionó mano de obra abundante y barata.
Toda la economía se basaba en ese momento en la lana y en los tejidos de algodón que
se fabricaban a partir de la materia prima recibida de Estados Unidos a cambio de escla-
vos africanos.
Paralelamente al desarrollo industrial textil, aparecieron en Inglaterra nuevos tejidos de
lana y algodón que convirtieron a Londres en el centro de la moda masculina.
El acelerado desarrollo de la industria textil va a generar un fenómeno nuevo hasta en-
tonces: la moda. A partir de entonces se llega a una democratización en la ropa que per-
mitió que más personas pudieran vestirse correctamente y que esas vestimentas no dife-
renciaran las clases sociales.
Para comprender la otra mitad de la parición de la moda, tenemos que situarnos en el es-
tallido de la Revolución Francesa en 1789. Es aquí donde la Asamblea Nacional abolió
las distinciones sociales en el vestir reglamentadas por las “leyes santuarias” que indica-
ban qué vestimenta y accesorios podía llevar cada persona o grupo social.
El antiguo orden social desaparece en Francia; los cambios constantes traen como con-
secuencia un gran impulso en la moda femenina. En Inglaterra también ocurrían éstos
cambios, beneficiada por la demanda creciente de algodones y linos de diseño sencillo
como respuesta a la prohibición del uso de sedas y terciopelos en Francia.
En 1776 se crea en Bueno Aires el Virreinato del Río de la Plata, lo que convertía a la
provincia como capital centralizadora y puerto; éste hecho resultó nefasto para el desa-
rrollo industrial del interior.
En octubre de 1809 los comerciantes ingleses trajeron la actitud de la clase alta inglesa
hacia nuestras costas, bellas telas de Lyon, París, Londres y Manchester; la que fue imi-
tada por la clase alta porteña.
Sin perder contacto con el comercio inglés, desde 1822 a 1850 descubrimos el comer-
cio con Francia; que desde allí llegaban artículos de lujos, prendas, sedas de Lyon y pa-
ños finos de Louviers y Sedán.
Tres Etapas en la Moda Rioplatense
La moda rioplatense va alterándose poco a poco a lo largo del tiempo, el cual podemos
dividir en tres grandes períodos: desde la creación del Virreinato en 1776 hasta 1830;
desde el primer gobierno de Rosas, 1830 a 1870, y finalmente desde 1870 a 1914, cuan-
do comienza la Primera Guerra Mundial.
Desde la creación del Virreinato hasta 1830, las mujeres porteñas usaban durante éste
período el traje de origen español que estaba formado por faldas largas y anchas, que
cubrían enaguas confeccionadas, el lienzo blanco o adornadas con gran cantidad de pun-
tillas. Utilizaban camisas de lino con encajes, y sobre la misma un chaleco.
Lo que distinguía a las clases sociales en las mujeres era la prenda que usaba para cu-
brirse la cabeza al salir de su casa. Las mujeres de mejor condición se cubrían con man-
tillas que consistían en un trozo de seda el cual termina con una borla en cada extremo.
Las mujeres de menor condición social utilizaban, en cambio, el rebozo, que consistía
en una pieza de forma cuadrangular, generalmente clara, que cubría la cabeza y los
hombros. Con el correr del tiempo, las mujeres de clase alta comenzaron a usarlo sola-
mente para protegerse del frío, aunque la diferencia se notaba ya que las telas en que las
confeccionaban eran de mejor calidad y les agregaban cintas de raso y terciopelo en los
bordes.
Con respecto a los peinados, el pelo era recogido en un rodete que se ajustaba con pei-
netas. En los pies, el vestido español se complementaba con unas zapatillas de seda o de
brocado de oro, con hebillas de diamantes o strass y tacos altos.
En ésta época, los hombres usaban calzones que se complementaban con medias blan-
cas, chaleco con mangas y una casaca desabrochada y larga. En los pies se utilizaban
calzado de taco alto con una gran hebilla.
Los trajes de gala se hacían en blanco y con bordados, se veía acompañado por una capa
echada sobre un hombro. Varios volados de encaje en los puños caían sobre las manos.
Los colores más utilizados eran el verde, el azul y el amarillo.
Las pelucas se presentaban en diversas formas; terminaban en una trenza o se ataban
con un moño en la nuca o formaban un todo de bucles.
La Revolución Francesa impulsó a la vestimenta femenina hacia el estilo de la `simpli-
cidad' y a la masculina, a la uniformidad. Es entonces cuando Inglaterra comienza a li-
derar la moda masculina guiada por el dandysmo, dejándole a Francia el liderazgo de la
moda femenina.
El dandy contribuye poco a poco a la transformación de la moda masculina asentando
las bases del estilo del traje masculino que se va a llevar durante todo el siglo XIX y
parte del siglo XX.
El estilo de `simplicidad' nombrado anteriormente se basa a una imitación de los estilos
clásicos grecorromanos, que presentaban vestidos de colores muy claros, de muselina
transparente , linón y seda que se usaban en invierno y en verano; junto a éstos vestidos,
las porteñas utilizaban pequeños sombreros con flores y cintas de colores.
Los hombres, mientras tanto, comienzan a usar a partir de 1820 la chaqueta corta por
Delante y con largos faldones atrás, de colores azul, negro, gris oscuro o café.
El sombrero de copa alta y ala ancha escondía un peinado corto y ligeramente enrulado,
usando en algunos casos, largas patillas.
Hacia principios de siglo, se había vuelto a poner de moda como corbata un gran cua-
drado plegado en diagonal que se enrollaba alrededor del cuello anudándose con un pe-
queño lazo.
La información del uso de los tejidos de lana en los vestidos femeninos, las boas de plu-
mas y la nueva moda de usar trajes de novia, que surgen hacia 1828 en Europa, llega
rápidamente a Buenos Aires.
El romanticismo abarcó todo el período que incluyó los cuarenta años posteriores a
1830.
La moda nos muestra hasta qué punto está relacionada con los cambios sociales, ya que
los románticos buscaban hacerse notar a través de su vestimenta y de su aspecto físico.
Se usaba el color punzó, históricamente símbolo de poder; es así cuando aparecen los
chalecos colorados rameados en negro para los hombres.
Las mujeres federales comenzaron a usar un moño del mismo color en el lado izquierdo
de sus peinados, moda que por supuesto no usaron las mujeres unitarias.
El color punzó llegó tan lejos que se acaparó hasta de los uniformes de los alumnos, sir-
vientes, las testeras de plumas de los caballos y llegando hasta el color de los carros fú-
nebres.
Desde 1830 el pantalón deja de ser ceñido y se lleva ancho con tirantes. Las porteñas se
paseaban con vestidos muy complejos y recargados.
El gran estallido de toda la historia de la moda nacional fueron los grandes peinetones;
la moda española se mantuvo vigente entre las mujeres de las clases altas de Buenos
Aires hasta unos años después de la caía de Rosas. En los últimos años de su gobierno,
surgen algunas modificaciones en la moda especialmente referidos a detalles y acceso-
rios; las faldas se vuelven cada vez más anchas y más largas y las mujeres elegantes de
la época se colocaban sobre unos pantalones de lencería que llegaban al tobillo, adorna-
dos de encajes.
En 1857 ya habían desaparecido en Buenos Aires los grandes peinetones; el peinado
cambió, llevándose la raya al medio y recogido por bucles que caían hasta los hombros,
una flor completaba el arreglo.
La moda del Río de la Plata tuvo como característica la ausencia de gorros y sombreros
hasta la aparición de la capota.
En éste mismo año las faldas que habían aparecido en Francia, aparecen en Buenos
Aires en 1860, adoptando la forma de cono que termina con una gran circunferencia so-
bre el suelo, armada con aros de acero desde la rodilla hacia abajo.
El traje de levita oscura de los hombres se acompañaban con sombreros de copa alta y
ala angosta.
Em ésta misma época se continuaba usando una prenda masculina que se llevó durante
varias décadas a lo largo del siglo XIX: el cavour, chaqueta hasta la rodilla, de paño os-
curo con simple abotonadura; de las angostas solapas salía una capa corta que completa-
ba el abrigo.
Éste largo período de 45 años (1870 a 1914) había comenzado de manera muy diferen-
te ya que la fiebre amarilla había asolado la ciudad; “como prueba palpable de la terrible
crisis, era curioso ver la enorme cantidad de personas que andaban vestidas de luto por
la calle o en las reuniones”.
Durante todo el período hasta la Primera Guerra Mundial, el estilo se mantuvo bastante
estable, se presentan modificaciones pero que no alteran las líneas básicas, mantenién-
dose las formas anchas con una importante sobrecarga de adornos y una gran variedad
de tejidos diferentes. Éste estilo desaparece en 1890; pues la moda se va perfilando a un
nuevo tipo de vida más ágil y dinámico. Se caracteriza por los vestidos encintados en ra-
zo y sumamente entallados; como accesorio primordial se utilizaban pendientes muy
largos. Se usaban blusas de género de lencería que tenían cuellos subidos y mangas abu-
llonadas junto a las faldas campana y las botitas cerradas con botones a un costado.
Hacia 1891 las formas se modifican; la falda es mucho más angosta y las mangas se
vuelven a llevar abombadas o globo como en 1830.
La prenda que caracteriza toda ésta época son los corsé, que en 1870 se define como
“talle avispa”; desde entonces las cinturas pasaron de medir de 63-70 cm. a 43-50 cm.
Hacia 1903 y 1904 el corsé llega a su fin.
Con respecto a la moda masculina no se presentan cambios, es decir, se mantuvieron
uniformes. Hacia 1910 la tradicional casa masculina James Smart (1888) publicitaba
una camisa rayada de cuello y puños duros y blancos, que al ser postizos se cambiaban
fácilmente. Las corbatas eran angostas y cortas; y acompañaban la nueva moda masculi-
na los guantes, el bastón de caña y el infaltable sombrero. Ésta vestimenta se extiende hacia 1914.
La Gran Transformación (1914-1949)
Éste período podría comenzar cuando siete países comienzan la primera Guerra Mun-
dial a causa del asesinato del archiduque Francisco Fernando a principios de un verano
Europeo.
En Buenos Aires, se suma a la influencia externa de la guerra europea las elecciones
presidenciales de 1916, resultando electo Hipólito Irigoyen.
El crecimiento económico comienza su desaceleración. Una de las más notables trans-
formaciones fue la expansión de la clase media. Aunque las mujeres de clase alta seguí-
an vistiéndose en París se necesitaban negocios que respondieran al nuevo mercado. El
nuevo mercado se había ampliado con las familias que ya iban a pasar sus veranos en
Mar del Plata, que había comenzado a recibir mucha gente a partir de 1914, cuando la
clase media comienza a mezclarse con la clase alta.
La Guerra impulsó una nueva evolución en la vestimenta cuyos principales lineamientos
continúan hasta nuestros días.
Las casas de alta costura sienten el impacto de la situación, aunque “las mujeres deben vestirse con guerra o sin ella”.
En 1912 Madeleine Vionnet presentó a sus maniquíes descalzas y sin corsé, creando sus
modelos con pliegues oblicuos que daban una caída sorprendente y que a pesar del mo-
vimiento mantenían la línea del cuerpo.
Coco Chanel tuvo, en cuanto a la moda, un espíritu audaz y deportivo “Ninguna ineterferencia cultural o erudita, ninguna reminiscencia histórica del estilo que ella creó. Fue un inventor. Las formas que produjo eran simplemente ella misma, sin alusión alguna. Ello se debió a su rechazo… de todo hilo conductor que no la uniera con la vieja herencia campesina. Ese rechazo tenía un nombre: el buen sentido. Cuando sentía la necesidad de referirse al elemento ya existente y se volvía hacia algún detalle de una antigua moda, por instinto se apartaba de los caminos nobles y sólo se dirigía a su propio pasado. De este modo repitió elementos hasta ese momento considerados demasiado modestos para ser utilizados: trajes de trabajo, labor, movimiento. Su gesto creador era un gesto subversivo. Rechazaba la opresión del ceremonial. Sumó la máxima funcionalidad con el extremo refinamiento”.
En 1915, exhibe e impone modelos en seda artificial, y en 1916 lanza los jersey, los
chemisiers y los trajes sastres. También impone las perlas falsas, e implementó en la
mujer la vestimenta masculina, sus chaquetas, camiseros, las corbatas flotantes, los ge-
melos en los puños.
Entre 1914 y 1918 se usaban túnicas para el día y la tarde, sobre los trajes sastres, con-
feccionadas en lanilla, sarga, terciopelo de lana; terciopelo, tul, gasa, encaje y duvetina
(terciopelo de lana y seda).
Hacia 1916 se comenzó a diseñar la ropa para cada deporte; por ejemplo la “sport-jacket
o zamarreta” que se usaba para jugar al golf, gimnasia, tenis y campo. Consistía en una
chaqueta de lana cerrada con tres botones y cinturón, se utilizaba también largas faldas
que se acompañaban en verano con blusas y sombreros de paja encintados; acompañaba
el conjunto una boina haciendo juego. Con ésta prenda las mujeres jugaban al tenis en
invierno. Los hombres usaban pantalones blancos y sacos con gruesas rayas azules o co-
loradas; el traje de sport habitual estaba compuesto por éstos sacos en franela inglesa o
jersey de lana blancos, con rayas gruesas del color de cada grupo; el cuello era marinero
y las botamangas de paño blanco. Los niños se vestían con marineros y las niñas con
vestidos por debajo de las rodillas y también con cuello marinero como los hombres.
Hacia 1917 los hombres ya vestían características que se conservan hasta nuestros días.
Los trajes, que ya podían ser cruzados o sin cruzar, no utilizaban las hombreras, los
sacos eran más cortos y las mangas eran mucho más angostas. Los accesorios todavía
eran importantes, como los guantes, sombreros, botones, polainas, generalmente de pa-
ño fino, color gris o beige.
En 1920 las mujeres reemplazan el maquillaje discreto por uno más “violento”, con
rouge en labios y mejillas, que le da a las mujeres un aspecto de gran importancia. Se
colocaban sobre la piel polvo de belleza Deaborn; según el color de la piel, las mujeres
podían elegir entre tonos blancos y rosados. Marcaban sus mejillas con `rubinol' en
polvo y sus ojos estaban enmarcados por cejas depiladas, dibujadas y pintadas exagera-
damente por sombras negras; se completaba el maquillaje de la cara con los labios deli-
neados.
La vestimenta de las mujeres maquilladas de esta manera elige los vestidos a media
pierna y de línea recta sin cintura. Hacia 1922 Molyneux decide poner cintura bien baja
para ser impactada un año siguiente cuando el estilo egipcio fue furor. Tras el descubri-
miento de la tumba de Tutankamón, Egipto se puso de moda; en las tiendas las mujeres
se apresuraban a comprar un género de fuertes colores, de diseño abigarrado y geométri-
co que se llamaba, por supuesto, Tutankamón.
Después de 1925, la moda fue de faldas extremadamente cortas y simples, pero que no
permitían los diseños decorativos tan elaborados, así que estos van desapareciendo len-
tamente.
De 1924 a 1929 surgen los llamados “años locos” que surgió a causa del surrealismo de
André Breton y fue influenciadas por el psicoanálisis freudiano. El gran sentido del hu-
mor y desenfado propios del surrealismo llegan a la Argentina, aunque se utilizan sus
símbolos más destacados: notas musicales, instrumentos de música, escarabajos, flores,
langostinos, grandes botones, etc.
En Francia, hacia 1925, la moda se denomina como un arte mayor (art-déco), que utili-
zó del cubismo un material de ángulos y segmentos de círculos, al mismo tiempo que
valorizó los colores brillantes en los tejidos. El cubismo tuvo gran influencia en los ves-
tidos de novia; los géneros eran el lamé plateado, el terciopelo, la muselina de seda, en-
tre otras…
Las mujeres de menor clase social compraban en el Mercado de Abasto, una zona de “calles con olor a mercado, sucias de verdura, y también ricas de cafetines neblinosos, donde los puesteros y algunos muchachos, clientes sempiternos que beben un pocillo de café, asisten al descarte de las horas”, las podemos ver con la canasta colgada del brazo, vistiendo trajes claros a media pierna, cinturón bajo, escote redondo y mangas cortas, zapatos negros de tira a un lado, peinado lacio y sumamente corto.
En cuanto a las alhajas, “después de muchos años vuelve a estar en uso el reloj pendantif. Algunas de nuestras señoras, que están siempre enteradas de las últimas novedades que la voluble diosa prescribe, ya han comenzado a usarlo. Nuestras abuelas y nuestras madres han de estar encantadas con esta resurrección que hará exhumar de sus cofres el diminuto reloj con chispitas de diamantes o de otras piedras preciosas, que lucirán después pendiente del cuello por una cinta de terciopelo o de seda”.
Los pantalones tipo “Oxford”, muy anchos en la parte inferior, se usaban bien altos para
destacar el pecho y los hombros, lo acompañaba un suéter escote en “V” y las bufandas
que aparecieron en esos años. Los trajes que tenían la misma característica en la parte
inferior del pantalón se comenzaron a usar de colores claros para el día y los colores ne-
gro y azul para la noche. Los cuellos de las camisas tenían las puntas dobladas.
Estilos Característicos de 1930 a 1949
Hacia 1930 termina el primer período de intenso movimiento migratorio de ultramar,
comenzando muy lentamente a cruzar las fronteras bolivianos, chilenos y paraguayos,
llegando esta inmigración limítrofe a su máxima intensidad hacia 1940.
Desde 1936 a 1947 llegaron a Buenos Aires múltiples grupos de distintas provincias ya
que los sueldos eran más elevados en las fábricas y así podrían mejorar sus condiciones
de vida. Apenas llegados a Buenos Aires y obtuvieron su primer sueldo, compraron ro-
pa nueva que cambiaba su aspecto rural por el urbano; los hombres comenzaron a utili-
zar camisas de “piel de tiburón” y las mujeres abandonaron sus blusas claras y sus fal-
das oscuras por medias y vestidos que las asemejaban a las porteñas.
Ya los estilos se van sucediendo en contraposición unos con otros, a partir de los años
30 las formas comienzan a ser más plenas y marcadas. “Felizmente, ha pasado ya el extraño fantasma de la moda actriz cinematográfica que si un día fue admirada, sólo ocasionó esa admiración el gusto estragado en busca de un nuevo ideal de tipo moderno. Desde aquel tipo de mujer soñada en la época romántica, de tez pálida, aspecto enfermizo, anémica, hemos visto muchas clases diferentes de mujeres flacas. Todas éstas sombras han desaparecido, y por fin hemos encontrado el equilibrio, belleza luminosa de líneas armoniosas, lejos de todo extremo. Encontrar elegancia y belleza en un esqueleto era una verdadera aberración”.
Todavía seguía la moda egipcia, “todas las niñas y señoras jóvenes llevan cejas en trazo egipcio, pestañas bien cargadas de rimel, boca en arco de cupido, colores en los pómulos que no bajan a la parte interior de la mejilla, color bronceado, cabellos color de mies y manos con uñas color sangre”.
Hacia 1927 Madeleine Vionnet hacía sus vestidos a la mitad de la rodilla; Fortuny co-
mienza a alargarlos en el 30 y un año más tarde Mainbocher instala la falda a mitad de
pierna. Los trajes de noche se usaban largos, de línea angosta y adherente, adornados
siempre por interesantes cortes, volados al bies, ruches plisados y muchos moños. Estas
formas resaltaban las formas más femeninas y rellenas. En los estudios de la Metro
Goldwin Mayer, hay una palabra que comienza a escucharse: sexy.
“Los adornos de piel están muy de moda en los saquitos cortos. Algunos de estos saquitos se trabajan con pespuntes, nervaduras y recorte o con bandas plisadas vueltas hacia arriba, guarnición nueva y llena de elegancia. Botones de cuero y cristal”.
Podemos destacar como característica de la época tanto el forrar los sacos con el mismo
género de las blusas, como también adornar los sacos y tapados con zorros azules que
descendían verticalmente desde el cuello.
La moda del saco sobre los hombros fue un pretexto para mostrar las blusas que se lle-
van de todas las formas, dentro de las faldas o como faldoncito formando casaca. Los
zapatos que se utilizaban para combinar éstos trajes se diferenciaban por tener el taco
más alto, la puntera más redondeada y la capellada más subida. Los peinados eran
muy cortos y pegados al sombrero, y permitían lucir los nuevos aros tipo pinzas en
reemplazo de los aros habituales y los clips para los pañuelos y corbatas. Se usaban las
esmeraldas y brillantes que aparecían en las gargantillas, pulseras y anillos.
La moda masculina se mantiene estable hasta fines de los años 50. Las corbatas estaban
Estampadas de flores y rayas; y sobre los trajes se imponían los sobretodos de pelo de
camello. Hacia el 40 se va imponiendo la moda italiana del saco muy largo, despegado,
con los hombros desplazados y las solapas anchas.
“Cuando de golpe se cortaron nuestros lazos con Europa, no pudimos aprovechar la coyuntura porque en la Argentina no éramos creadores y, además, aunque estaban La
Emilia y Campomar, no se había desarrollado un industria textil fuerte para sostenernos, por eso tuvimos que irnos a los Estados Unidos”.
En Europa, especialmente en París, desaparecen las lanas, sedas, linos, cueros y pajas.
Es el momento de fabricar zapatos con suela de madera y corcho.
“La moda debe descender a la calle”. Antes de que esto ocurra, recibe una gran ovación que estalla en un desfile el 12 de febrero de 1947; Carmel Snow, directora del Harper's Bazar, se levanta mitad del desfile para telegrafiar a New York utilizando por primera vez la frase “sus vestido tienen un new look”.
Los trajes sastre se acompañaban con exóticos sombreros, durante la década del 40, las mujeres subrayaban su femineidad valiéndose de coloridos sombreros donde la fan-
tasía aparecía en forma de plumas, pájaros, flores y mariposas.
La moda instala los bordados en canutillos y azabaches, los de piedra y cristales so-
bre encajes y los realizados en tul necesitaban de las hábiles manos de las bordadoras
argentinas.
Los trajes sastre se vuelven femeninos después de la guerra: talles estrechos con sacos
de variadas formas ajustados al talle. En lo de Maggy Rouff el ajuste se logra por una
doble hilera de botones y chalecos bordados con trencitas. En cambio Molyneux mos-
traba una línea completamente nueva de sacos largos “Bryon” y otros como boleros a-
justados que apenas sobrepasan el talle sobre faldas derechas o cónicas.
Este trabajo de los modistos franceses les permite recuperar los mercados perdidos en
1939, y todo vuelve a sus antiguos carriles con el new look de Christian Dior.
Aunque el new look llegó rápidamente a la Argentina, sabemos que “hace dos años los
modistos, inspirados precisamente en los impresionistas y en la moda de principios de
siglo, quisieron introducir la falda amplia y larga (a 27 centímetros del suelo), pero la
mujer moderna la aceptó nada más que como novedad”.
Estilos Característicos de 1960 a 1976
Los vestidos de ésta época recreaban la línea “Charleston” y Directorio de los años 20,
con importantes recortes, talle alto, con botones y bolsillos aplicados muy bajos en las
faldas. La vestimenta nocturna estaba comprendida por mucho brillo; los vestidos des-
tacaban las piernas, cubiertas por medias de colores, laminadas, caladas y de encajes
que desplazaron las medias con ligas y portaligas que hasta entonces se usaban.
Los peinados batidos que habían comenzado a usarse en 1959 se habían olvidado; los
nuevos podían ser cortos con flequillos, o largos recogidos por trenzas y torzadas; pero
lo único que no se podía elegir era la forma del cabello, todas las mujeres debían tenerlo
lacio.
Así como los años 70 se caracterizaron por el uso de los perfumes y los 80 por el uso de
las cremas, los años 60 acentuaron la utilización del maquillaje. Principalmente se deli-
neaban los ojos con el objetivo de que quedasen muy bien resaltados, y se los acompa-
ñaban con pestañas aplicadas en grupos de a tres. En los labios y en las uñas se utiliza-
ban colores claros a nacarados. No sólo las pestañas eran artificiales, en la segunda mi-
tad de la década aparecieron las pelucas de pelo sintético y natural, impuestas en Fran-
cia por Carita. Se adornaban con vinchas que descubrían la frente y moños que revalori-
zaban los rodetes.
En 1969 las creaciones italianas comienzan a importarse en Buenos Aires, más femeni-
nas y más prácticas que las francesas, con coloridos y texturas particulares. Tiene un
singular éxito los montello-twin diseñados por Fontana de Roma. Eran unos tapados
cortados junto con el vestido o la chaqueta del tailleur formando una sola pieza. Para la
noche brillan los colores y alhajas de estilo renacentistas.
Para sport, los pantalones se acompañaban con largos chaquetones y plataformas, que
había recreado Dalila Puzzovio en 1967.
Una de las opciones más elegidas en Buenos Aires en los años 60 fueron los “conjuntos
de banlon” de distintos colores, compuestos por un suéter de magas cortas con cuello al
ras y un saco de mangas largas y angostas, prendido por botones al tono.
Los mocasines fueron característicos en ésta década, tanto en la moda femenina como
masculina.
Así como Paul Poiret a comienzos de sigo y Christian Dior al terminar la Segunda
Guerra Mundial intuyeron el cambio que la mujer esperaba, resulta significativo que en
el momento en que la mayoría de las casa de alta costura en Buenos Aires se repliegan,
comienza a afianzarse en 1971, la casa de alta costura de Gino Bogani. “A comien-
zo de los años 70 mi casa empieza a tomar un giro importante. Hay un cambio de men-
talidad en la alta costura después de la década del 60; es entonces cuando yo me impon-
go porque expreso otra idea, una idea nueva. En primer lugar, introduzco el color en la
Argentina, es decir, acostumbro a ver el color y a no tenerle miedo; a manejar todos los
colores, sin importarme el color que se usa en esa temporada.
Desde hace muchos años trato de brindar a la mujer argentina una imagen personal, pero la moda nacional no la voy a dar yo, va a surgir cuando la mentalidad de los ar-gentinos cambie; mientras no se produzcan cambios, mientras no se liberen las cabezas, mientras no se respire naturalmente, sin perjuicios y sin mirar siempre a Europa, no va-mos a poder reflejar nuestra cultura en una moda nacional”.
Hacia 1969 había aparecido una moda polémica: minifalda-maxifalda. Éstas largas faldas mostraban su presentación en colores cálido como el beige, castaños y marrones.
Los jeans comienzan a ser usados para cualquier ocasión en los años 70 cuando Francia los acepta; e iban acompañados por sacos de piel y camisas de seda. Las primeras mar-cas de jeans que se pueden encontrar en Argentina son Lee, Levi's y Rustikane, Robert Lewis y Hernán Bravo.
En éstos años la moda masculina era de hombros angostos y solapas amplias, las cami-sas con cuellos importantes y las corbatas con nudos exagerados.
Las reglas del juegos giran ciento ochenta grados culminando 1976, una moda muy diferente a la que hasta ahora conocemos recubre las calles de Buenos Aires, se trata nada menos que de la moda deportiva.
CONCLUSIÓN
La conclusión que pude establecer finalizada la monografía fue que la moda que durante
muchísimos años estuvo en Argentina no fue inventada, en sus comienzos, por los ciu-
dadanos que poblaron la República hace más de un siglo atrás. La moda comenzó en
nuestro país por una serie de revoluciones europeas que trajeron como consecuencia la
importación de productos textiles que atrajo la atención argentina y así, pudo comercia-
lizarse hasta nuestros días.
Dichas revoluciones surgieron en el siglo XIII, y tanto Francia como Inglaterra se ocu-
paban de la fabricación textil con lanas y algodón que más adelante fue exportada hacia
la República Argentina, quien la esperó con las puertas abiertas. Así comenzó a “impor-
trase la moda” a nuestro país, que pasando los años y décadas siguió importando “lo
nuevo” que Francia, dedicándose a la vestimenta de la mujer, e Inglaterra, a la del
hombre, elaboraban para la exportación.
La vestimenta tradicional de cada país quedó marcada en el recuerdo, ya que aquellas
costumbres típicas se suelen ver en un número mínimo de la totalidad de la población y,
para colmo, en determinadas zonas del país.
Hoy en día ésta comercialización de la buena vestimenta sigue vigente tanto en nuestro
país como en muchas partes del mundo; entonces podemos afirmar con seguridad que
la moda desplaza las tradiciones y aparte fue, es y será un fenómeno que nunca se aca-
bará.
BIBLIOGRAFÍA
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Christian Dior: diseñador
Crónica del número cuatro de la revista Galas del año 1950
Bogani, Gino: Reportaje de la revista Para Tí




En esta entrada hablaremos sobre las tribus urbanas hace 40 años, concretamente de hippies.


Fue un movimiento juvenil que tuvo lugar en los últimos años de la década de 1960 y que se caracterizó por la anarquía no violenta, la preocupación por el medio ambiente y el rechazo al materialismo occidental. Los hippies formaron una contracultura políticamente atrevida y antibelicista, y artísticamente prolífica en Estados Unidos y en Europa. Su estilo psicodélico y lleno de colorido estaba inspirado por drogas alucinógenas como el ácido lisérgico (LSD) y se plasmaba en la moda, en las artes gráficas y en la música de cantantes como Janis Joplin o de bandas como Love, Grateful Dead, Jefferson Airplane y Pink Floyd. 


Podrían considerarse algunos valores y consignas del movimiento en general, aunque existen hippies que enfatizan más sobre un estilo de vida bohemio; otros grupos con una tendencia marcada por la espiritualidad alternativa (new age, chamanismo); y finalmente otras comunidades que están envueltas en activismo radical (yippies), ecologismo, o varias de estas cosas al mismo tiempo.


En general se podría mencionar la tendencia de adoptar un modo de vida comunitario, basado en el amor, la paz. Renegaban del nacionalismo y de la regulación estatal así como de la mercantilización y burocratización de la vida cotidiana, como también del consumismo y delcapitalismo. Esto se lo solía hacer mediante la participación en activismo radical y/o mediante la práctica de la simplicidad voluntaria. Existe cierta tendencia a revalorizar y valorizar modos espirituales no occidentales o no judeo-cristianos. Se suele estar en desacuerdo con los valores tradicionales de la clase media y de la burguesía así como los de la burocracia. Se considera elpaternalismo gubernamental, el militarismo, las empresas multinacionales, y los valores sociales tradicionales como parte de un Sistema que, a sus ojos, guarda poca legitimidad o es esencialmente opresivo.


Los hippies suelen buscar lugares de autonomía con respecto de las costumbres hegemónicas de la sociedad. Por sí mismo el movimiento no tiene un carácter ideológico/político específicamente definido o una organización homogénea o estable, aunque generalmente se tiende a ideas y modo de vida con tendencia claramente inclinada a una perspectiva de socialismo literario y ecologismo. Gran parte de los hippies fueron relativamente apolíticos o sino políticamente sincréticos. Estas perspectivas, debido al rechazo del consumismo y de la mercantilización de la sociedad capitalista contemporánea ponían de manifiesto su visión usualmente ecologista, y fundamentaban la importancia hacia el respeto a la libre expresión de la subjetividad y la creatividad, claras tendencias hacia experiencias autogestionadas, dejando bien claro el rechazo hacia el burocratismo y la propuesta más desarrollada, que era la creación de comunidades intencionales y otros modos de relaciones humanas o lo que se llegó a denominar una sociedad alternativa.






En esta perspectiva se tendió a revalorizar culturas locales no hegemónicas asociables con modos de vida no industriales o preindustriales debido a su modo de vida más ecosustentable, menos consumista, más comunitario, más descentralizado donde el contacto humano es más constante y posible. Así pues, a fines de los sesenta en EE. UU. los hippies decidieron investigar y revalorizar los legados y formas culturales de los indígenas norteamericanos. En la expansión posterior del movimiento así mismo se tendió a revalorizar las culturas ancestrales e inclusive abiertamente se abrazaba el indigenismo. En Europa se tendió hacia variantes de reconstruccionismo pagano en el cual se quería entender y actualizar tradiciones religiosas y de cosmovisión previas al dominio del cristianismo asociados con una cultura campesina prefeudal.


Estilo y comportamiento: El icono hippie suele caracterizarse con un hombre de pelo largo y barba mucho más larga que lo considerado "normal" para la época. Ambos sexos tendían a dejarse el pelo largo y de imitar el estilo afroamericano.
La mayoría de la sociedad de la época, consideraba estos "pelos largos" como una ofensa, o como sinónimo de suciedad, o cosa de mujeres. 
El hecho de usar el cabello largo, para ambos sexos y su forma particular de vestir, actuaba como una señal de pertenencia y una muestra de su actitud contestataria y contracultural.
Otras características asociadas a ellos fueron:
- Ropas de colores brillantes.
- Ropas desteñidas.
- Camisas largas.
- Ropas indias o africanas.
- Símbolos como la flor o dibujos de los aborígenes americanos.
- Muchos se confeccionaban su propia ropa como protesta ante la cultura consumista.
- Uso de incienso y recuperación de los valores naturales de las plantas.
- Se reunían a tocar o componer música en fiestas al aire libreo en casas de amigos.
- Vida en comunas.
- San Francisco, California era la principal ciudad de encuentro para los hippies.
- Tolerancia hacia la homosexualidad y la bisexualidad.
- Amor libre: traducido en un rechazo a la institución del matrimonio y una conducta sexual contraria a las imposiciones de las Iglesias o el Estado, que eran vistas como intromisiones a la vida personal.
- Uso de drogas: marihuana, hachís, alucinógenos como el LSD, etc.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Moda


La moda es una representación de la evolución política, económica y social de un pueblo en donde todo repercute en nuestra manera de vestirnos y desenvolvernos. Sus cambios son producto de un desarrollo global de la sociedad y además es una prolongación de nuestro cuerpo.
Los 60 fueron años en que la juventud reclamó su participación y se posicionó de un espacio que antes les estaba vetado. La liberación fue producto de una serie de cambios políticos, sociales y económicos, pero fue la música la que principalmente desencadenó las mentalidades juveniles reprimidas durante tanto tiempo. Fueron años de diversión y de una constante búsqueda de identidad.
La década siguiente comenzó con la entrada en la adultés de esta generación que de a poco fue perdiendo la incandescencia de años anteriores. Esta tranquilidad se reflejó en una vuelta hacia la naturaleza y en la utilización de materiales nobles y sencillos como el algodón y la lana. Era un estilo simple, sin producción de peinados ni maquillaje. Por entonces se produjo una fiebre por lo "retro", las tiendas de ropa usada estaban de última moda y en una época de escasez, sus precios eran los más convenientes. El inconformismo con un mundo ambicioso y conflictivo los llevó a mirar hacia oriente, específicamente hacia la India y su religión el Hindú. Numerosos artistas como The Beatles y Jane Fonda entre otros, profesaron este culto y lo expandieron por occidente, de cuya experiencia se extrajo una moda que más que una simple manera de vestir, fue todo un movimiento social: el Power Flower Hippie. Radicados en la ciudad estadounidense de San Francisco, los jóvenes vivían en comunidades, consumían comida macrobiótica y fumaban libremente marihuana. Bajo este estilo de vida nacieron los clásicos "patas de elefante", las camisas hindú, el pelo largo y desordenado y un pacifismo cuyo principal centro de ataque era la Guerra de Vietnam y el gobierno norteamericano.
La música también jugó un rol fundamental. La experimentación y los sonidos más radicales y disonantes de algunos artistas hacían delirar a las drogadas masas y se transformaron en mitos vivientes de toda esta generación. Mientras tanto las flores, símbolo de la época, se usaban tanto en la ropa como en el pelo y representaban la ideología utópica que los guiaba en la llamada "Revolución de las Flores".
Durante el transcurso de estos años se presentaron dos polos bien definidos de jóvenes: aquellos que sólo querían divertirse y aquellos que buscaban una participación activa en el país. Estos últimos participaban en movimientos estudiantiles y políticos y aspiraban a lograr un verdadero cambio social, profundo y comprometido. A diferencia de las épocas anteriores en las que existía una hegemonía mundial en cuanto a moda y actitud, esta realidad correspondía principalmente a la latinoamericana en general y a la chilena en particular. Eran idealistas por naturaleza y querían cambiar el mundo. A este movimiento se sumó la creciente popularidad del feminismo, que repercutió en una marcada masculinización de la vestimenta. Las mujeres buscaban la comodidad más que la estética y la ropa ya no tenía sexo, eran prendas unisex. El pelo tampoco era ya un signo de distinción; caminando de espalda, muchos hombres parecían mujeres de eternas cabelleras.
Ya entrados los años 70 se desató una pluralidad de formas y estilos. Como en toda época, una parte del cuerpo femenino llamaba la atención por sobre el resto y los trajes y vestidos se encargaban de resaltarla. Esta vez fue el turno de las nalgas, las que se lucían con ajustados pantalones. El ser extremadamente delgada, sin pechos ni caderas prominentes, eran la herencia dejada por el culto a una belleza anoréxica cuya principal exponente fue la modelo inglesa Twiggy. Hacia finales de la década, la irrupción de los brillos y bailes de "Fiebre de Sábado por la noche", la película de culto del momento, trasladó la vida hacia las oscuras horas nocturnas.

Movimiento hippie.


El movimiento hippie tuvo su origen a mediados de la década de los sesentas siendo la contracultura más importante de esa época. En realidad, no se sabe con exactitud donde fue le cuna de los hippies pero se les atribuye a los jóvenes de San Francisco y New York. La ideología hippie nace como una crítica y rechazo a la sociedad, condenando su materialismo, su violencia, su mediocridad y su burocracia. Igualmente, estaban hartos de la segregación racial, del machismo, de la intervención bélica de Estados Unidos y de todas las leyes y normas que se les imponía. Es así que, se funda esta nueva contracultura donde los valores que sobresalen son el amor a la libertad, a la naturaleza y a su espíritu.

Al grito de “haz el amor y no la guerra”, realmente espeluznaron a las sociedades conservadores de aquel entonces. Para ellos no había mitos ni tabúes, nada era prohibido, simplemente hacían lo que querían, aunque este exceso de auto libertad haya provocado que las drogas se hayan convertido en parte de su identidad. Alucinógenos como la marihuana y el LSD eran consumidos por jóvenes y a veces hasta por niños; esto se resume en uno de sus normas que reza así: “Cambia la mente de toda persona que encuentres. Llévala a la droga o, mejor, al amor, a la sinceridad, al placer. Sácale del cementerio del confort y del lujo.”

Ya en 1965 el periodista Michael Fallon había acuñado el término hippie refiriéndose a la reunión de los beatniks y bohemios. Sin embargo, las primeras comunidades se habían formado en 1964. La novedad descubierta por los medios de comunicación provocó un gran revuelo internacional. La sociedad escandalizada rechazó y criticó a este grupo de jóvenes que se escapaban de los cánones sociales previamente establecidos. No aceptaban la forma de vida que llevaban, la ropa estrafalaria llena de colores, el pelo largo y su discurso crítico, político y pacifista.

Adentrándose en el mundo hippie se pueden encontrar a grandes intelectuales disfrutando de buena poesía, a artistas que plasman en su obra todos sus sentimientos y a políticos con ideas progresistas y transformadoras. Su aspecto descuidado, con su vestimenta de colores psicodélicos, sus cabellos largos y sus adornos tomados de la cultura africana, eran características para distinguirlos. Pues estaban hartos de tanta formalidad. Hartos de seguir un guión para mantener un diálogo. Hartos de seguir al pie de la letra una rutina diaria que se les imponían los adultos. Esta filosofía llevó a que, cada vez, tengan más y más adeptos.

Una de las características de los “cabellos largos”, era su pasión por el medio ambiente. Con frecuencia se podía ver a un hippie analizando detenidamente las hojas de un árbol o acariciando un frutal. Es así que, la flor se convirtió en su símbolo recibiendo el calificativo de: “los hijos de las flores”. Sin ser un movimiento político, muchos de los hippies tomaron la filosofía de Jean Paul Sartre, Herbert Marcuse y Carlos Marx como su cimiento político, auto denominándose la “Nueva Izquierda”, detestando la propiedad privada, el machismo, el racismo, el dinero y, aunque no tenían como convicción ayudar a los oprimidos, sí realizaban frecuentemente obras sociales sin pedir remuneración alguna.

Algunos hippies, convencidos de la filosofía que predicaron, huyeron de la miseria y opresión de las grandes ciudades, hacia bosques en las afueras, en donde fundaron comunas en las cuales su sistema político era el comunismo primitivo. Habían vuelto a sus raíces, eran los nuevos colonos. Sus refugios eran pequeñas casuchas de adobe o simplemente tipos; eso no les importaba, vivían de y para la naturaleza.

Su sistema organizativo fue envidiable. Cada persona realizaba una labor y un trabajo diferente, la propiedad privada era casi una especie en peligro de extinción y toda la comuna era concebida como una familia, tanto así que, los hijos eran criados por todos. El consumo de droga fue menor y menos aceptado, pero la poligamia era muchas veces aceptada. La espiritualidad llegó a ser su esencia y tomaron algunos de los valores más importantes de las religiones de Oriente como el hinduismo, budismo Zen. y hasta de la cultura africana.

Década del 80


Todos recuerdan los 80 por muchas cosas, pero lo más característico de esta época es su moda. Si piensas en los 80 no podrás evitar imaginar esos diseños exuberantes que hicieron tan identificable a la ropa de 1980.Como todas las modas, la moda de 1980 surgió en oposición a una moda establecida, o para mejorarla. La ropa de 1980 se oponía a las modas previas que caracterizaron la mayor parte de los 70: las modas hippie y disco. De hecho el estilo de ropa de 1980 tenía influencias del movimiento punk de finales de los 70.

Probablemente mires hacia atrás y te arrepientas de haberte puesto esas ropas y haberte peinado de esa manera, o te quieres morir cuando encuentras tu fotografía en tu anuario y ves tu look de los 80. Lo que deberías tratar de recordar es lo moderno que te veías en ese momento y lo popular que eras gracias a ese look. La moda de los 80 es muy diferente a nuestra moda actual y es por esto que es tan extraña y graciosa para nosotros hoy. Pero la realidad es que la ropa de 1980 era altamente controversial en la época, y es por eso que era tan popular.Como todas las modas, la moda de 1980 surgió en oposición a una moda establecida, o para mejorarla. La ropa de 1980 se oponía a las modas previas que caracterizaron la mayor parte de los 70: las modas hippie y disco. De hecho el estilo de ropa de 1980 tenía influencias del movimiento punk de finales de los 70.El look de los 70 se caracterizaba por remeras apretadas y pantalones sueltos. Con la nueva década, esta tendencia cambió drásticamente. El hit eran las remeras anchas y pantalones apretados y las minifaldas. Sin embargo, muchas tendencias de la era punk persistieron, como el look y los peinados desalineados.La ropa de 1980 fue controversial porque cambió la historia de la moda. Hasta los 70, la moda evolucionó siguiendo ciertas convenciones. Pero en los 80, la moda sufrió cambios drásticos. En el pasado, las transparencias no eran aceptadas y hasta los tirantes de los corpiños debían esconderse debajo de la ropa. Si miras hacia el pasado, verás que ninguna mujer mostraba su corpiño de ninguna manera. En los 80 la lencería se puso de moda y la ropa de 1980 se caracterizaba principalmente por ella.Las mujeres se revelaron y querían expresar su sexualidad libremente. Madonna fue un símbolo y una representante importante de esta década. Madonna puso de moda el uso de medias de red, guantes sin dedos, cadenas de plata y el peinado salvaje.Pero la moda y la ropa de 1980 fueron altamente revolucionarias no solo para las mujeres. Inspirados por el movimiento punk, los hombres comenzaron a usar aros por primera vez. El pelo largo también estaba más de moda que en los 70. El cabello voluminoso era algo de mujeres, pero en los 80 los hombres empezaron a producir su cabello tanto como las mujeres con gel y otros productos para darle un look más excéntrico.En general, la moda y la ropa de 1980 se caracterizan por tener estilo y ser sofisticada. Gafas, hombreras enormes, medias de red y agujereadas. El gel, las cadenas, las botas, las minifaldas, las remeras grandes y los pantalones apretados y miles de colores son los elementos que hicieron de la década de los 80 una era inolvidable.


La moda de los años 80 estendencia, y ya se pueden divisar las prendas características de la época disco en todas las tiendas del mundo.
Prendas extravagantes llenas de brillos y lentejuelas, hombros altos y mucho cuero son algunas de sus peculiaridades, además de los maxi-accesorios. Los minivestidosvuelven más que nunca, las camisolas, las prendas de cuero como la campera tipo Rock Star a la cintura, jeans desgastados, entre otros.
Los diseños de esta época se destacan por ser auténticos y muy personales. Los colores que se vienen para la próxima temporada son vibrantes y llamativos. Algunos de ellos son el azul eléctrico, verde, amarillo, rojo y fucsia.

look Vuelve la moda de los 80s: desenfado y extravagancialook Vuelve la moda de los 80s: desenfado y extravagancia

La década de los 80 se identifico por resaltar la silueta femenina y en algún punto exaltarla. Es así que se podían ver cinturas ajustadas, pantalones de corte cigarette y hombreras. Asimismo mucho brillo (sobre todo en lentejuelas y strass en tonos plateado y dorado) pelos locos y maquillaje saturado.
En pocas palabras, se trata de una temporada ochentera y alegre en términos de moda, aún así no será una fiel copia pero si una forma de reinventar y homenajear aquellos años dorados.


Década del 60

Al igual que la música y movimientos politicos y sociales, la moda en los años 60 pasó por una revolución. Por esta razón no es fácil resumirla en pocas palabras.
Los primero años de la década, las mujeres no cambiaron mucho con respecto a los años 50. Los trajes estilo Chanel y las amplias faldas se seguían usando. Pero a mediados de los años 60 apareció la mini falda y el cabello corto al estilo pixie que marcaron el comienzo del cambio.
A finales de los años 60, el pelo se empezó a usar largo, suelto y al estilo general era principalmente influenciado por los hippies.
Para los hombres, la moda también pasó por grandes transformaciones en los años 60. En los primeros años se seguía el prototipo del traje italiano, pero esto cambió rápidamente a mediados de los años 60: los pantalones se estrecharon, se empequeñecieron las solapas y las corbatas.
Para los más jóvenes, hubo varios movimientos de culto. Los más influyentes en la moda primeros fueron los Rockers, movimiento que nació en el Reino Unido, con chaquetas, cazadoras y pantalones de cueros o vaqueros, luego los Mods, que también nacieron en el Reino Unido pero que influyeron al resto del mundo con su estética semi formal, y finalmente los Hippies con su Flower Power, movimiento que nació en California y se extendió rápidamente por el mundo y probablemente el más influyente de todos.
Rockers


Mods

Hippies

                                                                                                                                                                  Paralelamente a estos movimientos, como te espliqué al principio, las tendencias en la moda fluctuaron de esta manera:
Desde 1960a 1964: Vestidos estilo Chanel, pequeños gorros o sombreros sin ala, pantalones pitillo.


Desde 1965 a 1970: Las faldas se acortan, aparecen las mini, las faltad amplias desaparecen, los pantalones de ensanchan en la parte inferior y los estampados son muy coloridos. La moda es muy influenciada por la estética hippie.


En estos últimos años de la década de los 60 la estética Mod también influye mucho en la moda comercial, con sus mini y estilo pop muy colorido.



La moda de 1960
La moda de 1960 se caracteriza por ser una de las más revolucionarias en la historia de la vestimenta. Durante esta época surgieron distintas tendencias que fueron consecuencia de diferentes movimientos que tuvieron lugar durante la década.
A principios de los 60 surge una gran necesidad de cambio. Este cambio se ve impulsado principalmente por la disconformidad de la mujer con respecto a su rol en la sociedad. Es en esta década que la mujer se libera activamente y surge el movimiento feminista. La década del 50 había hartado a las mujeres, ya que la vida de la mujer se basaba en el cuidado del hogar y de su imagen, y no había un incentivo para que participara en el mundo académico, laboral y político. Cansadas de sólo ser caras bonitas, las mujeres logran cambiar todo el concepto de moda femenina.
El corsé, los labios rojos, el pelo largo y voluminoso, los tacos altos y la acentuación de la cintura eran características de la década anterior que en los 60 desaparecen por ser tendencias de una moda machista, concentrada en hacer lucir a la mujer para la satisfacción del hombre.
Dentro de las nuevas tendencias que caracterizaron la moda de 1960 se encuentra la minifalda, una innovación nunca vista antes en el mundo de la moda. El nuevo fin de los diseñadores de moda era acentuar las piernas, y por eso la minifalda tuvo gran éxito. Junto con ella surgen las botas go-go. Estas botas, también diseñadas para darle un énfasis a las piernas, eran de caña larga, hasta las rodillas y no tenían taco. Estas nuevas tendencias eran totalmente contrarias a las que caracterizaban la década anterior.
Hasta 1950, era importante la acentuación de las curvas, pero en los 60, el fin era lograr todo lo contrario. Con la influencia de la primera supermodelo, Twiggy, la delgadez, en vez de los cuerpos robustos y voluminosos, pasa a ser la nueva moda. Lamentablemente esto llevó a la aparición de enfermedades como la bulimia y la anorexia. La moda era no resaltar la cintura ni el busto, y por eso se usaban vestidos sueltos y con poco escote y, por supuesto, extremadamente cortos. También, a diferencia de los 50, cuando las mujeres usaban el pelo bien largo, se comienza usar el pelo corto, al estilo andrógeno. La nueva tendencia en cortes de cabello femenino era bastante parecida al corte de pelo de los hombres. En vez de resaltar los labios, se empieza a usar mucho maquillaje en los ojos y pestañas postizas.
Pero en la segunda parte de la década, surge otra tendencia que marcó la moda de 1960. Estamos hablando de la vestimenta hippie. La moda hippie aparece por primera vez como la ropa que usaban los grupos de protesta en contra del mundo de la época. A causa de la guerra de Vietnam, muchos jóvenes se revelan para promover la paz. De la misma manera, se oponían a los progresos del capitalismo, ya que consideraban que estaba destruyendo los valores básicos de la sociedad. Por esto, rebelaban su inconformidad y su propuesta por una vida más pacífica a través de sus ropas.
Ir en contra del sistema capitalista significaba no consumir la moda, y por eso los hippies se vestían de una forma simple y rústica. En su mayoría, ellos creaban sus propias ropas y las teñían por ellos mismos, y es así como surge la moda batik. También usaban sandalias hechas a mano. Las mujeres dejaron de usar maquillaje y productos para el cabello y las feministas que seguían luchando por su causa no usaban corpiños.
Algunas de las prendas más comunes de esta moda de 1960 eran los pantalones acampanados y las prendas hechas con telas naturales. También se empiezan a usar las polleras largas nuevamente. El pelo se vuelve a dejar crecer, ya que las mujeres no le daban mucha importancia a su cabello, y los hombres por primera vez comienzan a usar el pelo bien largo. En la era Swing, ya los Beatles habían influenciado en una tendencia reveladora de usar el pelo largo, pero no llegaba a los hombros. En cambio la nueva tendencia hippie era usarlo hasta por debajo de los hombros.